La apuesta naranja

Artículo publicado el 25 de julio en el diario El País de Cali.

Las elecciones de octubre, cuando se elegirán alcaldes, gobernadores, diputados y concejales no serán como las anteriores.

Ellas se diferenciarán de las pasadas por cuanto existe una herramienta de desarrollo territorial que no había antes y que tiene el poder de cambiar los ecosistemas urbanos y rescatar las áreas deprimidas de las ciudades, las Áreas de Desarrollo Naranja – ADN-. Fueron creadas por el Plan Nacional de Desarrollo –PND- para lograr dar vida física a la política de Economía Naranja implementada por el actual gobierno. Estas se definen como los “espacios geográficos que sean delimitados y reconocidos a través de instrumentos de ordenamiento territorial o decisiones administrativas de la entidad territorial, que tengan por objeto incentivar y fortalecer las actividades culturales y creativas (…)”.

El propósito de esta herramienta es poder crear hubs culturales y de innovación en barrios deprimidos de las ciudades y municipios, que a su vez atraigan inversión, turismo, desarrollo y bienestar, logrando así la transformación efectiva de esos espacios. Esta política ha resultado ser exitosa en ciudades como Miami, con el barrio Wynwood; Buenos Aires, con La Boca; Barcelona, con el Born; Madrid, con Malasaña; Berlín, con Prenzlauer Berg; y Lisboa, con Barrio Alto.

Para estimular las ADN, el Plan indica que los municipios y distritos podrán conceder beneficios fiscales tales como la reducción del impuesto predial, la exoneración del impuesto de delineación urbana, entre otros. Asimismo, podrían los entes territoriales, siendo para ello facultados por el artículo 38 de la Ley 14 de 1983, otorgar exenciones en sus impuestos municipales (por ejemplo, en el impuesto de industria y comercio) por un plazo no mayor a diez años y sujeto al cumplimiento de ciertos requisitos como lo son, por ejemplo, la vinculación laboral de trabajadores del barrio que se pretende dinamizar.

Sin duda, el mayor atractivo de esta política es que las inversiones que se hagan en la ADN tendrán los mismos beneficios fiscales de las Obras por Impuestos, lo que implica que las grandes empresas colombianas podrán pagar parte de su impuesto de renta mediante la inversión que hagan en infraestructura cultural y de innovación en dichas Áreas de Desarrollo Naranja.

En tal sentido, empresas icónicas de las diferentes regiones podrán servir como los verdaderos benefactores y patrones de las artes, la cultura y la innovación sin hacer 2/2 esfuerzos adicionales a los que actualmente realizan, pues parte de su impuesto de renta se destinaría a las inversiones en tales áreas.

La apuesta es brillante, y podrá transformar la suerte de barrios deprimidos de las ciudades colombianas en vibrantes distritos culturales y creativos, donde pueda gestarse y exportarse lo mejor del talento colombiano. Deberán entonces los aspirantes a ser electos en altos cargos de representación regional, integrar esta estrategia a sus planes de gobierno, pues esta herramienta generará una competencia sana para atraer inversión en los diferentes distritos culturales que se creen.

Documento

La-apuesta-naranja_​ESP.pdf